martes, 29 de mayo de 2012

Reproduciendo una artículo de Salvador Sostres.....

Cuando Aznar decidió participar en la guerra de Irak junto a Bush y Blair sabía perfectamente lo que hacía. Por primera vez España tenía la oportunidad de jugar con los mayores, de aliarse con los líderes del mundo libre en lugar de continuar naufragando en el pelotón de los idiotas. Luego pasó lo que pasó y este "intratable pueblo de cabreros", que tan pocas veces usa la inteligencia, culpó increíblemente al Gobierno del PP de los atentados de Atocha, Zapatero llegó al poder, nos vestimos de mariachis con los ponchos y las plumas y nuestros aliados pasaron a ser esta auténtica banda de trileros y de farsantes tercermundistas que son buena parte de los líderes sudamericanos.
Nos sólo nos aliamos con lo peor del planeta sino que encima ofendimos gravemente a los que cuando estás en un aprieto te resuelven el problema. No sólo caímos en todas las trampas de los que basan su política internacional en la demagogia, el hurto y el engaño sino que dejamos de ser amigos del primo de Zumosol, de modo que ahora cualquier vendedor de pócimas sabe que puede humillar y atracar a España del peor modo y sin que tener que sufrir ninguna consecuencia remarcable. Evo Morales, mariachi por antonomasia, ha expropiado la filial de Red Eléctrica Española en Bolivia, y más allá de la espuma de declaraciones más o menos amenazantes que les vamos a escuchar a Rajoy y a sus ministros en las próximas horas, aquí no va a pasar nada y España no tendrá el menor margen de maniobra.
España lo ha hecho muy mal. Lo ha hecho fatal. El impero británico perdió las colonias y nacieron los Estados Unidos; España perdió las colonias y nació el circo. Cuando el Reino Unido tiene problemas, no duda en mandar a su flota; pero de todas formas sólo los tíos más imbéciles del mundo se atreven a entrar en conflicto con el Reino Unido precisamente porque saben que no se andan con bromas y que resuelven sus conflictos de un modo eficaz y expeditivo. And here's to you, Mrs. Thatcher.
España ni tiene flota, ni está en disposición de mandar nada a ninguna parte; ni tiene alianzas internacionales de peso que le permitan intimidar a quien quiera perjudicarla ni tiene la habilidad política o comercial de tener un plan B por si vienen mal dadas. Hay que reconocer, de igual modo, la precariedad del plan A: que te expropien, o sea, que te roben, es lo mínimo que te puede pasar si tratas de hacer negocios en semejantes repúblicas bananeras. Ni lo de Cristina ni lo de Morales se puede decir que sea ninguna sorpresa.
Aznar sabía lo que hacía y muchos le insultaron y casi nadie comprendió nada. El buenismo de Zapatero tuvo en cambio un éxito considerable. El antiamericanismo sigue siendo un tic característicamente español y tanta pasión sudamericana a lo único a lo que nos va a llevar es a pedir caridad tocando El Cóndor Pasa. Es lo que sin duda merece un país con tanta gente que todavía cree que un Estado no tiene que interferir en defensa de sus empresas en el exterior cuando son saqueadas.
A ver cuánto tarda en salir el primer memo que le llame a estos atracos "la primavera sudamericana". A ver cuánto tarda en organizarse la primera manifestación en favor de la supuesta y falsa libertad que líderes como Chávez, Castro, Morales y Cristina dicen representar, tan supuesta y tan falsa como la que teníamos que hallar derrocando a Hosni Mubarak, y esto ya lo dije entonces y lo digo ahora que están a punto de tomar el poder los Hermanos Musulmanes.
Nos habría ido mucho mejor, muchísimo mejor, si en lugar de ensuciar las plazas hubiéramos protegido y confiado en la geopolítica norteamericana y hubiéramos recordado que el principal enemigo de la libertad es siempre el caos.
Nos habría ido mucho mejor si en lugar de culpar a Aznar de los atentados de Madrid hubiéramos culpado a quien realmente los cometió. Nos habría ido mucho mejor si en lugar de acusar a Acebes de mentir nos hubiéramos dado cuenta de la infinita mentira que eran Rubalcaba, Moratinos y Zapatero.
Nos estaría yendo mucho mejor si en lugar de permanecer sentados al paso de la bandera americana nos hubiéramos puesto en pie para defender nuestros intereses con inteligencia y con sentido de la Historia y de la estrategia, en lugar de esta ensoñación de corrido y de milonga de la que estamos despertando humillados, expoliados y a hostias. 

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